Escuchaste un "¡Viva la República!", y para demostrar que eres tan "campechano" como tu padre, te acercaste con soberbia a la mujer que lo había gritado para demostrar el talante democrático que tienes como presunto heredero a la Jefatura del Estado.
sigue:
http://www.larepublica.es/spip.php?article24449
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